Maria Slodowska-Curie mejor conocida por el mundo como Marie Curie, poseía un talento nato para las ciencias exactas como pocos, desde pequeña destaco por ser una estudiante sobresaliente, aplicada y disciplinada , a pesar de algunos infortunios que le toco pasar como vivir en carne propia la pobreza extrema y posteriormente la muerte de su madre y una de sus hermanas. Con el tiempo esto le afecto severamente en lo espiritual, sin embargo no repercutió para truncar sus deseos de lograr convertirse en una importante figura científica. Según datos biográficos por ahí de 1906 Marie ya con su doctorado fue la primera mujer en impartir clases en una universidad en Francia, y para aquella ocasión ésta mujer decidió hablar de la Radioactividad, tema que tenía bien conocido pues su tesis había sido inspirada por los trabajos de Henri Becquerel quien poco tiempo antes había encontrado que las sales de uranio transmitían unos extraños rayos de origen y naturaleza desconocida, unos rayos que por absurdo que parezca ni la misma Curie pensaría que servirían de inspiración para nombrar un disco de música electrónica casi 70 años después, y mucho menos que su nombre serviría para adornar uno de los temas más emblemáticos de ésta agrupación Alemana que son el pilar de la música electrónica.
Y es que pensémoslo detenidamente, es exagerado y osado comparar los descubrimientos y aplicaciones de la radiactividad en la vida moderna, con la electrónica en la música popular, pero ambos fueron un parteaguas, a Curie estos descubrimientos de la radiactividad la inmortalizaron para siempre brindándole dos premios Nobel y a Kraftwerk su experimentación en esta rama los dejo marcados para siempre como la agrupación base de la que partió este prolífico genero.
Radio-Activity (1975) el sexto disco de los hombres robot, es un álbum conceptual que transmite y habla de las maravillas energéticas que produce la Central del energía ( Kraftwerk), un álbum adelantadísimo para su época, cualquiera que se haya tomado el tiempo de prestarle atención se dará cuenta que podrán sonar simples, que quizá actualmente cualquier tipo puede elaborar con la tecnología de ahora eso que aquellos alemanes emprendieron, pero recuerden que en aquel ’75 el mundo estaba invadido por cosas completamente diferentes, sin duda, la vanguardia y energía que estos seres emitían distaba mucho de lo que sonaba en aquel entonces (de solo recordar la música disco me ocasiona un extraño mareo), si bien el Krautrock estaba en su apogeo y las otras ramas progresivas seguían experimentando ( en ese mismo año tenemos desde lanzamientos de Pink Floyd, Frank Zappa y Procol Harum) no había otra que estuviese elaborando algo similar con electrónica.
Con 38 minutos de intensos rayos radiactivos, entre el uranio, ondas, electroshocks y algunos isótopos inestables, podemos disfrutar del paseo por las instalaciones de la planta energética, para goce de nosotros sin altas probabilidades de contraer cáncer, a diferencia de aquella importante mujer que desgraciadamente falleció de anemia aplásica a causa de las radiaciones a las que se expuso durante mucho tiempo. Kraftwerk a manera de tributo le reconocieron sus esfuerzos:
Para descargar da click en la portada del álbum.
Que recarguen sus baterías.
Que recarguen sus baterías.
[Ahh quiero casarme con una Marie Curie! =P]. Me gustó el post, me agrada ese estilo de rodeo y llegar por los costados al tema central... En efecto, aunque no cabe equiparar una cosa con la otra, Krafwerk resulta revolucionario, y desde mi punto de vista no sólo en música, sino en la cultura general, un giro que estoy seguro que en el futuro cercano se valorará más... hay un mundo detrás de la estética de Krafwerk...
Veo que no solo como Inciclopedista destacas, pequeña Denise, excelente tu artículo, comentaría un poco mas pero temo confirmar tus acusaciones de que solo soy un cliché de fan del rock progresivo y la música experimental.
May the force be with you.