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La música puede salvar almas; almas solitarias, almas decepcionadas, almas confundidas... cualquier alma. "La música es el arte que más fácilmente llega al ser humano", solía decir el cineasta alemán, Werner Herzog.
Algunos acordes, por su efecto disonante, por su instrumentación, por su timbre o volumen, acaban desconcertando al oyente; nos hacen sentir que acabamos de escuchar una gran pared de ladrillos desmoronarse; a veces, por mas emoción que esto nos cause, el efecto no puede dejar de ser aturdidor, incluso violento, muy desgastante para cualquier alma sensible a los ruidos fuertes, a la disonancia tras disonancia (que en manos de un compositor no experimentado, puede caer en el cansancio y en la misma monotonía que provocaría el exceso de consonancia). Stereolab se inclina más por la consonancia agridulce; escuchándolos jamas ocurre esa sensación de aturdimiento que describía antes, ni siquiera en sus intentos más monstruosos y distorsionados; al final, Stereolab es de textura suave (para respiro de los que están exhaustos de los interminables sonidos martillantes de la ciudad).
Podríamos decir que Stereolab no dice nada nuevo... ¿y que? A finales del siglo XIX, el compositor francés Erik Satie, aquel excentrico gymnopèdista, tampoco parecía decir nada nuevo en aquel momento, pero él solo llegaria a influenciar toda la música francesa que estaba por venir (directamente a Debussy y Ravel, y estos a Messiaen y Boulez) y al músico-inventor estadounidense John Cage (a quien precisamente los Stereolab le rinden homenaje en su canción "John Cage Bubblegum"). A final de cuentas, toda la música nace libre e igual.
¿Quienes son Stereolab?
La vocalista Lætitia Sadier y el tecladista-guitarrista Tim Gane, son la pareja al frente, quienes a través de los años han reclutado los músicos necesarios para darle vida a la banda.
Sus influencias musicales van desde el krautrock (Can, Faust, Neu!), la música brasileña (Antonio Carlos Jobim), la música clásica (Debussy) los minimalistas (Glass y Reich) e incluso el peculiar compositor mexicano Juan Garcia Esquivel.
El disco que quiero compartirles hoy es el Sound-Dust (2001), que a mi parecer es uno de los mejores de la banda, junto con el Emperor Tomato Ketchup (1996) (aunque el catalogo es muy amplio, si contamos la multitud de Ep's y compilaciones de rarezas que han sacado ellos mismos). Para este álbum la banda ya habrá encontrado toda la madurez posible de su rock-pop electrónico; las distorsiones disminuyeron pero las melodías se volvieron más sutiles.
En una primera escuchada podemos apreciar la gran cantidad de teclados electrónicos usados en cada canción (muchos de ellos modelos ya antiguos: wurlitzers, órganos Farfisa, clavicordios electricos), las guitarras acusticas y eléctricas (tocando como música hawaiana), flautas ("Space Moth"), arreglos de metales en el fondo ("Captain Easychord", "Space Moth", "Baby Lulu", "Hallucinex"), percusiones tintineantes ("Gus the Mynah Bird"), arpegios que nos dan la impresión de escuchar harpas electrónicas, efectos sonoros que realzan el sonido de los instrumentos tradicionales, una marimba ("The Black Arts"), y la maravillosa voz de Laetita Sadier, siempre en perfecta comunicación con la segunda voz de la bajista, Mary Hansen (este seria el ultimo álbum en el que habría de participar antes de su trágica muerte en un accidente). Excelente trabajo de músicos y de instrumentación. Todos estos son los ingredientes perfectos para hacer un disco único, entre el futurismo, la música tradicional, el rock and roll y el pop.
Stereolab empieza con una canción para subitamente cambiar por completo su sentido (ritmicamente, melodicamente). Ellos juegan, dan riendo suelta a su imaginación y a su mundo sonoro.
En sus letras (algunas en francés, otras en ingles, otras en ambos idiomas) nos cuentan acerca de la vida y la muerte, el bien y el mal, luz y oscuridad, el arte, ideas politicas, utopias, la necesidad de amar (esa eterna necesidad) y de aquellos momentos y placeres de la vida que a pesar de su simpleza nos son tan preciados como las grandes cosas.
En la producción del album, tenemos a mentes como las de John McEntire (Tortoise, The Sea and the Cake) y Jim O'Rourke (quien en ese momento aun era un miembro de Sonic Youth).
Decia el legendario Miles Davis que había muchos músicos que podían tocar realmente bien, como el mejor de los virtuosos, pero pocos que tuvieran un sonido único, ese sonido que los hacia sonar a ellos mismos y a nadie más. Stereolab siempre conto con uno propio y eso es lo que los hace tan grandes, emotivos e inspiradores. Es esta la música que se filtra en la vida, se mantiene en el corazón y le da esperanza al alma.
Algunos acordes, por su efecto disonante, por su instrumentación, por su timbre o volumen, acaban desconcertando al oyente; nos hacen sentir que acabamos de escuchar una gran pared de ladrillos desmoronarse; a veces, por mas emoción que esto nos cause, el efecto no puede dejar de ser aturdidor, incluso violento, muy desgastante para cualquier alma sensible a los ruidos fuertes, a la disonancia tras disonancia (que en manos de un compositor no experimentado, puede caer en el cansancio y en la misma monotonía que provocaría el exceso de consonancia). Stereolab se inclina más por la consonancia agridulce; escuchándolos jamas ocurre esa sensación de aturdimiento que describía antes, ni siquiera en sus intentos más monstruosos y distorsionados; al final, Stereolab es de textura suave (para respiro de los que están exhaustos de los interminables sonidos martillantes de la ciudad).
Podríamos decir que Stereolab no dice nada nuevo... ¿y que? A finales del siglo XIX, el compositor francés Erik Satie, aquel excentrico gymnopèdista, tampoco parecía decir nada nuevo en aquel momento, pero él solo llegaria a influenciar toda la música francesa que estaba por venir (directamente a Debussy y Ravel, y estos a Messiaen y Boulez) y al músico-inventor estadounidense John Cage (a quien precisamente los Stereolab le rinden homenaje en su canción "John Cage Bubblegum"). A final de cuentas, toda la música nace libre e igual.
¿Quienes son Stereolab?
La vocalista Lætitia Sadier y el tecladista-guitarrista Tim Gane, son la pareja al frente, quienes a través de los años han reclutado los músicos necesarios para darle vida a la banda.
Sus influencias musicales van desde el krautrock (Can, Faust, Neu!), la música brasileña (Antonio Carlos Jobim), la música clásica (Debussy) los minimalistas (Glass y Reich) e incluso el peculiar compositor mexicano Juan Garcia Esquivel.
El disco que quiero compartirles hoy es el Sound-Dust (2001), que a mi parecer es uno de los mejores de la banda, junto con el Emperor Tomato Ketchup (1996) (aunque el catalogo es muy amplio, si contamos la multitud de Ep's y compilaciones de rarezas que han sacado ellos mismos). Para este álbum la banda ya habrá encontrado toda la madurez posible de su rock-pop electrónico; las distorsiones disminuyeron pero las melodías se volvieron más sutiles.
En una primera escuchada podemos apreciar la gran cantidad de teclados electrónicos usados en cada canción (muchos de ellos modelos ya antiguos: wurlitzers, órganos Farfisa, clavicordios electricos), las guitarras acusticas y eléctricas (tocando como música hawaiana), flautas ("Space Moth"), arreglos de metales en el fondo ("Captain Easychord", "Space Moth", "Baby Lulu", "Hallucinex"), percusiones tintineantes ("Gus the Mynah Bird"), arpegios que nos dan la impresión de escuchar harpas electrónicas, efectos sonoros que realzan el sonido de los instrumentos tradicionales, una marimba ("The Black Arts"), y la maravillosa voz de Laetita Sadier, siempre en perfecta comunicación con la segunda voz de la bajista, Mary Hansen (este seria el ultimo álbum en el que habría de participar antes de su trágica muerte en un accidente). Excelente trabajo de músicos y de instrumentación. Todos estos son los ingredientes perfectos para hacer un disco único, entre el futurismo, la música tradicional, el rock and roll y el pop.
Stereolab empieza con una canción para subitamente cambiar por completo su sentido (ritmicamente, melodicamente). Ellos juegan, dan riendo suelta a su imaginación y a su mundo sonoro.
En sus letras (algunas en francés, otras en ingles, otras en ambos idiomas) nos cuentan acerca de la vida y la muerte, el bien y el mal, luz y oscuridad, el arte, ideas politicas, utopias, la necesidad de amar (esa eterna necesidad) y de aquellos momentos y placeres de la vida que a pesar de su simpleza nos son tan preciados como las grandes cosas.
En la producción del album, tenemos a mentes como las de John McEntire (Tortoise, The Sea and the Cake) y Jim O'Rourke (quien en ese momento aun era un miembro de Sonic Youth).
Decia el legendario Miles Davis que había muchos músicos que podían tocar realmente bien, como el mejor de los virtuosos, pero pocos que tuvieran un sonido único, ese sonido que los hacia sonar a ellos mismos y a nadie más. Stereolab siempre conto con uno propio y eso es lo que los hace tan grandes, emotivos e inspiradores. Es esta la música que se filtra en la vida, se mantiene en el corazón y le da esperanza al alma.

Tracklist:
1. "Black Ants in Sound-Dust" – 1:58
2. "Space Moth" – 7:35
3. "Captain Easychord" – 5:33
4. "Baby Lulu" – 5:13
5. "The Black Arts" – 5:12
6. "Hallucinex" – 3:55
7. "Double Rocker" – 5:33
8. "Gus the Mynah Bird" – 6:10
9. "Naught More Terrific Than Man" – 4:10
10. "Nothing to Do With Me" – 3:38
11. "Suggestion Diabolique" – 7:52
12. "Les Bons Bons des Raisons" – 6:43
Aquí el link para descargar el disco:
http://rapidshare.com/files/179229413/Stereolab_-_Sound_Dust.zip
Stereolab anuncio recientemente al publico su separación por tiempo indefinido.
El nombre en la dirección de este blog se debe a una de sus canciones.
Increible álbum el Sound-Dust, no es mi favorito de Stereolab pero eso no justifica el hecho de que no me sorprendan los temas incluidos en él con esa maravillosa suavidad easy listening que esta presente en diferente medida en cada uno de sus albumes, sobre todo donde estaba Mary Hansen, pues acompañaba con esos encantadores y repetitivos coros hipnoticos a Sadier. Es una verdadera lástima que éste fuera el último disco donde colaboraría Mary antes de sufrir ese mortal accidente cuando paseaba en bicicleta, pero ahora otra cosa que se me hace "agridulce" es que no volveremos a escuchar de la banda por quien sabe cuanto tiempo...
En fin... entonces esperaremos tiempo indefinido....
Excelente la entrada Luis Pistachón (ahora que andamos muy a lo lounge y space age pop, que no Gracía Esquivel hizo el tema de Odisea burbujas? hahaha.)
Saludos.
Si, en efecto, me parece que compuso esa odisea musical tambien.
Por cierto los del fantastico quarteto de cuerdas Kronos, grabaron tambien una rola de él en su disco de música mexicana. Probablemente si no existieran Silvestre Revultas y Agustin Lara, este seria nuestro guru.
Me acuerdo cuando salia en Imagen 107.7 (aqui en Monterrey) la rola de Capitan Corofacil de Stereolab en horario "normal"...
Ese fue el momento cuando supe de la existencia de esa banda...
El Cobra Phases se me hace su disco mas obscuro...
Saludos!
jajaja, capitan corofacil, suena bien (aunque en realidad seria "capitan acordefacil", pero la versión real no suena tan chida, corofacil suena más musical).
Ahora recuerdo que el de Cobra Phases es uno de sus albums que no he llegado a escuchar aun; pero tal vez un dia de estos... Gracias por recordarmelo!
Saludos!
me das permiso para incluir este texto de stereolab en el nuevo numero de la revista que manejamos?
si gustas darle una checada a los numeros anteriores
www.issuu.com/decireves
www.decireves.blogspot.com
te dejo mis datos
beatnik7@gmail.com
saludos!