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La primera parte de la década de los noventas nos trajo una severa indigestión de grunge, prácticamente ese producto yanqui se vendió hasta los confines más recónditos del universo y dejo a otros productos salidos de la planta de música popular algo opacados, y no por carecer de calidad sino más bien por que pasaron desapercibidos para la mayoría de los escuchas.
Mientras en Estados Unidos Kurt Cobain seguía llenándose los bolsillos de dinero, allá en el viejo continente unos jugaban en el deshuesadero de géneros musicales que habían tenido una fugaz fama a finales de los ochentas, estos era el dream pop apadrinado así por Cocteau Twins y sus famosas guitarras trémulas, y el shogaze, ramificación del dream pop que entre otras es identificable por una excesiva aportación de reverbaciones.

Entre los shoegazers Slowdive era la más obscura, incluso cercana al darkwave por eso es más fiel al sonido Cocteau Twins en algunos de sus temas, pero como todo fiel representante de los delays Slowdive goza de esa saturación de ecos que produce una atmosfera espacial, tantos reverbs transportan y dejan suspendido en ese sueño de melancolía.
Porque eso es Souvlaki, un sueño, una ilusión... sus voces tímidas lo susurran todo el tiempo.
La esperanza y desilusión habladas desde lo más sensible y profundo del corazón.
Éste álbum podrá no haber sido significativo comercialmente en ningún aspecto pero es sin duda un punto de quiebre en el shoegaze.
Dejo un video de uno de mis temas preferidos del álbum, por ahí en el la pantalla verán el logo de Mtv de aquel entonces cuando el canal transmitía videos y no se dedicaba al negocio de los reality shows.
Para descargar Souvlaki dar click en la portada del álbum.
Que disfruten del sueño.
Como dicen, lo prometido es deuda Deniz, y te dejo aquí las impresiones que me dejo este álbum (pero, ¿como representar las impresiones producidas por la música, toda la gran gama de emociones, solo con el lenguajes de las palabras? Tal vez más cercano seria el lenguaje de los gestos, de la mímica; probablemente ni eso seria suficiente; pero al menos nuestra adoración incondicional por ella, podremos expresar).
A pesar de todo, tratare de ser claro en mi alucinación musical.
Souvlaki: Distorsiones y susurros
Desde los primeros minutos del disco, era clara la dirección que tomaría ese sonido particular que intentaba crear Slowdive; este no era un disco de melodías, ni de ritmos; ni aun, casi, de armonías: este era un álbum de atmósferas, de texturas; de lo que Aaron Copland llamaba "la sensualidad del sonido" (¡un solo sonido puede estar lleno de voluptuosidad!).
El timbre (esa propiedad de la música que hace a cada sonido único. Lo que hace que nuestro oído distinga la voz de cada persona), ha sido un elemento que ha cobrado mayor importancia en el ultimo siglo (algunos incluso lo llaman "el color en la música"). Compositores como Ligeti, o aquellos franceses que llamaron a la suya "música espectral", han explorado ampliamente este terreno. Tal vez Slowdive no llegue a navegar por los mismos limites, y tal vez nunca hayan escuchado hablar de estos viejos; pero como los primeros santos del rock and roll, recibieron la inspiración, aunque sea filtrada por otras fuentes.
Souvlaki es un disco dulce a pesar de todo. Tal vez ningún otro grupo de su generación, haya usado de una manera tan delicada los efectos creados por una guitarra eléctrica.
Slowdive no canta, suspira; como si trataran de decirnos: "¿hace falta gritar? Después de todo el horror que hacemos cotidiano, estamos cansados de gritar".
Atmósferas; y en eso, Brian Eno, un colaborador más del álbum, es sin lugar a dudas un experto. No... no hay variaciones rítmicas, no hay locura (estamos llenos de ella); solo atmósferas. ¿Y porque no?
Si hubiera mas bandas como Slowdive, tal vez nos preocuparíamos más por escuchar, por ver, por sentir los latidos del corazón del otro; y menos por darnos de golpes en la cabeza contra la pared.
Definitivamente, necesitamos más Slowdives.